Jorge Ledo

Jorge Ledo InTalent

Tras finalizar su doctorado en Historia Intelectual (Centre for Modern Thought, University of Aberdeen, 2009), Jorge Ledo ha sido Assistant Professor en la Universidad de Michigan (Ann Arbor, 2009–2010) y en la Universidad de Basilea (Suiza, 2011–2017).

 

Ha organizado y participado en conferencias en numerosas universidades y centros de investigación de reconocido prestigio internacional, entre ellos el Warburg Institute, la Universidad de Londres, la Universidad de Búfalo, la Universidad de Tokio, la Universidad Brístol o la Universidad Ca’ Foscari. Es fundador y director de la colección «Heterodoxia Iberica» en la editorial Brill.

 

Entre sus trabajos académicos, centrados en la historia intelectual de la Baja Edad Media y el Renacimiento, destacan sus estudios sobre el humanista holandés Erasmo de Róterdam. Ledo fue parte fundamental en el hallazgo y en la edición crítica de la única traducción al castellano del siglo XVI conocida del Elogio de la Locura (Moria de Erasmo Roterodamo, Leiden—Boston: Brill) y de una parcial (Erasmus Studies, 2018). En la actualidad, ultima varios volúmenes con editoriales de reconocido prestigio en el ámbito nacional e internacional.

Proyecto

La historiografía de las últimas décadas ha ido prestando cada vez mayor atención a las prácticas comunicativas del Renacimiento, haciendo especial hincapié en la cultura de la corte, en las academias y, más recientemente, en el ámbito de la diplomacia. Sin embargo, carecemos aún de un análisis cabal de las prácticas comunicativas de lo que podría denominarse como «cultura científica» y «alta cultura» durante la época.

 

Mi enfoque en este proyecto no consistirá en ofrecer un estudio descriptivo o comprehensivo de dichas prácticas, sino en un análisis de las bases conceptuales e ideológicas, mucho más rara y deficientemente estudiadas, que les dan entidad y cohesión teórica. La meta consiste en demostrar que bajo la aparente heterogeneidad de mecanismos por los que se sostiene y se perpetúa el viejo conocimiento, o por los que se refuta, se expurga, se castiga o se impone el nuevo, se encuentran una serie de códigos comunicativos aceptados de manera más o menos consciente por una muy amplia mayoría de intelectuales de la época.

 

La dificultad de describir esta «teoría» comunicativa es doble. Por un lado se da el hecho de que, durante el período, no cabe adscribirla a ningún dominio teórico específico —a ninguna disciplina— dado que su naturaleza es transversal por definición, como debe serlo el análisis que pretenda estudiarla. Por otro lado, no todos los conceptos centrales dentro de esa «teoría» se incorporan al mismo tiempo ni con la misma intensidad, sino que van modificándose y cristalizando a través de la sedimentación de muy distintos materiales —desde los avances de la crítica textual al estudio del derecho romano, desde la exégesis bíblica a las innovaciones en la cultura material, por poner algunos ejemplos— entre finales del siglo XIV y comienzos del siglo XVI.

 

La importancia del proyecto reside en que permite comprender las grandes disrupciones históricas que se producen en el largo proceso de transformación de la cultura medieval a la cultura moderna europea como un conjunto coherente asentado en una nueva cultura comunicativa. Un conjunto teórico que supone, por tanto, un nuevo punto de arranque para comprender desde su matriz teórica, no exclusivamente «arqueológica», rasgos que los propios europeos han querido darse a sí mismos como distintivos de su cultura: la libertad de expresión, la libertad de conciencia, la libertad religiosa o la idea de progreso.